El 27 de junio la Unión Europea (UE) multó con 2.700 millones de dólares a Google por prácticas monopólicas, la multa más grande que aplica la UE hasta la fecha. La empresa estadounidense fue multada por favorecer en su buscador a su servicio de compras por Internet en perjuicio de sus competidores. 

Para el economista y parlamentario andino, Alan Fairlie, en este caso es visible “la importancia de la regulación antimonopolio que tiene plena vigencia en países desarrollados a cuyos órganos supranacionales no les tiembla la mano para aplicar la ley”.

La empresa propietaria de Google, Alphabet, tendrá 90 días para abandonar esta práctica ilegal, de lo contrario se arriesga a recibir otra multa que podría ascender al 5% de sus ingresos diarios a nivel mundial.

En un contexto en que empresas emergentes de servicios y tecnologías de información enfrentan una dura competencia transnacional, el parlamentario advirtió que cobra mayor relevancia la adecuada negociación internacional de servicios en acuerdos como TISA.

“Es imprescindible que los estados mantengan margen de maniobra para enfrentar prácticas anticompetitivas, por lo que los compromisos internacionales que se asuman, deben ser cuidadosamente evaluados”, indicó.