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ENTRE LAS VICTORIAS PÍRRICAS DEL CORTO PLAZO Y LA CONSTRUCCIÓN DEL PERÚ DEL BICENTENARIO

Publicado: 2018-12-29

Se va el agitado 2018. 

La economía

En términos agregados la economía con cifras mejores a las del año pasado, pero sin llegar al proyectado 4%. Pero, con sectores industriales deprimidos, empleos urbanos perdidos (que al final muestran algún movimiento), presiones a la caída del salario real y desplazamiento de empleos por la extraordinaria cantidad de migrantes recibidos este año.

El entorno internacional no ayuda, por los precios internacionales de materias primas, el alza de la tasa de interés internacional, la guerra comercial. Frenan el crecimiento de nuestras exportaciones, hay menos divisas, salida de capitales y presiones devaluatorias.

La política macroeconómica no estuvo a la altura de las circunstancias. Se quiso impulsar inversión pública en la reconstrucción (demorada), y proyectos de infraestructura que no terminan de despegar. Pero, al mismo tiempo se bajó la meta de déficit fiscal, lo que lo ataba de manos. Metas fiscales e inflacionarias se priorizaron frente a la reactivación y la creación de empleos. La presión tributaria cayó varios puntos porcentuales del PBI, con lo cual no se puede impulsar agresivamente la reactivación, ni emprender obras y proyectos de mediano y largo plazo que el país necesita. No se atacó suficientemente el tema de la elusión y evasión tributaria y las medidas parciales que se implementaros durante el gobierno, no han funcionado

La política monetaria muy cauta, y tratando de mantener sin sobresaltos el tipo de cambio, pero tampoco ha tenido la reactivación como consecuencia, con la tasa de interés(que ya no podrá bajar, dado el contexto internacional mencionado).La inflación y la estabilidad son su mandato, y no la reactivación y los empleos, como un segundo objetivo, responderán.

La inversión privada no recupera la caída de los últimos años, y al parecer le pidieron un shock de confianza al gobierno y muestras de buena voluntad. Cumplió al prometer en CADE la reforma laboral: Competitividad a costa de derechos laborales. Luego hicieron un amago de retroceso, frente a la vigorosa protesta de los trabajadores. Pero, eso está en la agenda y no se cumple con retomar a fondo la diversificación productiva. Y, ojalá, sigan apuntalando a las regiones, en el intento de consolidar una descentralización alternativa. Depende decisivamente del accionar de los nuevos gobernadores regionales, que no deben defraudar a sus electores.

La política

La crisis política en su clímax. Fuego cruzado entre el Congreso y el Ejecutivo, y al interior de los mismos. De estos, con el Poder Judicial, la Fiscalía, y al interior de los mismos. Una peligrosa inestabilidad institucional que el Presidente, ganó transitoriamente en el corto plazo, con el referéndum. Sin embargo, ahora con su nueva comisión de reformas, busca modificar algunos de los resultados del mismo, particularmente el tema de la bicameralidad. Un Congreso con nuevas bancadas, que no representan la actual correlación de fuerzas del país, y dificultan la gobernabilidad. Cada cuál haciendo su juego, sabiendo que no habrá reelección (aunque pelearán para que haya senado y reelección indirecta para algunos)

Una victoria pírrica del gobierno. Una política tradicional de alianzas, con el Congreso disperso en múltiples bancadas, algunas aspirantes a oficialistas. Pero, una escenificación donde no representan ya a la población. Ejecutivo y Congreso, jugando sus cartas para su sobrevivencia y salidas particulares. ¿Cómo pretende el gobierno impulsar reformas de mediano plazo en ese contexto? Sabe que no es posible

Por eso, apuesta a una alianza con los empresarios, que no terminan de salir del descrédito de los escándalos de corrupción. Ofrece cumplir sus demandas más preciadas, con la promesa de inversiones. No lo hicieron con PPK. Difícilmente generarán grandes emprendimientos hasta que el panorama se esclarezca. Los pequeños uy medianos empresarios, la empresa nacional trabajando día a día, sin apoyo de políticas adecuadas, enfrentando la competencia comercial desleal del exterior, sin que el estado responda de oficio, evitando el abuso de poder monopólico con una adecuada regulación de la competencia en los mercados, pese a loables esfuerzos puntuales de algunas instituciones reguladoras.

Opciones

En suma, si el gobierno insiste en la profundización del modelo, la tendrá muy complicada, sobre todo porque los líderes regionales emergentes en las elecciones, difícilmente harán un seguidismo, y querrán representar los anhelos y demandas de la población. El gobierno podría retroceder y seguir buscando el respaldo ciudadano con modalidades de democracia directa para avanzar en los cambios indispensables. Pero, eso supone elección de un nuevo Congreso o Asamblea Constituyente que defina el nuevo pacto económico y social que el Perú del Bicentenario requiere.

Si el gobierno no conduce la transición de manera ordenada, los conflictos y contradicciones se agudizarán, y como hemos visto en experiencias internacionales, las cosas no terminan bien. Por golpe de masas, o llegada al poder de los extremos del espectro político, en un clima que el Perú no necesita para emprender una nueva senda en el siglo XXI.

Depende no solo del gobierno, sino de todos los actores. Particularmente, los que buscan un cambio y que ahora están dispersos y separados, a pesar de existir lineamientos centrales de convergencia. Ojalá los proyectos colectivos, que permitan la construcción del futuro de la Patria, primen sobre legítimos,pero parciales intereses particulares o de grupo.


Escrito por

Alan Fairlie Reinoso

Economista y ex-Parlamentario Andino por Perú.


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