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DIVERSIFICACIÓN PRODUCTIVA

Publicado: 2020-08-04

La estructura productiva de la región presenta debilidades acumuladas a lo largo de los últimos años, las mismas que se intensificarán a consecuencia de los efectos de la pandemia. La Cepal en su informe “Sectores y empresas frente al COVID-19: emergencia y reactivación”, sostiene que la estructura productiva de la región presenta una gran heterogeneidad entre los sectores y entre las empresas, la cual conlleva a la existencia de brechas externas, que se pueden medir a partir de la diferencia entre la productividad laboral de América Latina y la de los Estados Unidos, siendo que la productividad laboral de la región entre el 2008 y el 2018 apenas ha crecido en 0.6% anualmente. Por otro lado, existen brechas internas, que hacen referencia a la heterogeneidad entre las empresas[1]. 

La estructura productiva de los países de la región se ha caracterizado por no desarrollar actividades productivas con mayor valor agregado, ni actividades intensivas en conocimiento, que implica contar con capital humano altamente capacitado. En ese sentido, las políticas diseñadas para reactivar la economía de los países de la región deben de tomar en cuenta estos factores y apostar por un cambio en la estructura productiva en aras de avanzar hacia sectores más intensivos en tecnología y con mejores niveles de productividad y sostenibilidad.

Por su parte el BID, en su documento “Salir del Túnel Pandémico con Crecimiento y Equidad: una Estrategia para un Nuevo Compacto Social en América”, establece el impacto del Covid -19 en los factores productivos, como es el caso del capital humano, en donde el cierre de las escuelas y la perdida de ingreso de las familias precipitará en muchos casos de abandono escolar, en particular entre jóvenes en familias de ingresos bajos, lo que ocasionará una pérdida continua de capital humano en el futuro, por lo cual los Estados deberán establecer acciones que les permitan recuperar los rezagos en su adquisición de capital humano[2].

En ese sentido, ambas organizaciones internacionales han venido señalando estrategias que deberían ser asumidas por los países latinoamericanos post pandemia, las que estarían orientadas al establecimiento de una nueva estrategia de desarrollo. En el caso de CEPAL, sostiene que esta estrategia debe de basarse en acciones orientadas a superar los problemas estructurales de las economías de la región a través de una hoja de ruta para construir modelos de desarrollo con mayor igualdad y sostenibilidad.

Sostiene que se debe impulsar la eficiencia schumpeteriana, es decir “aumentar de manera sostenida la productividad, generar encadenamientos productivos e incrementar el aprendizaje y la generación y difusión de innovaciones” Cepal (2020).

Además, plantea poner en el centro el rol de las industrias en los procesos de crecimiento de los países de la región, por lo cual es fundamental cambiar la matriz productiva a través del establecimiento de políticas industriales para fortalecer sectores estratégicos, así como, una mayor articulación entre el sector privado y los Estados que propicien la inversiones necesarias que diversifiquen las estructuras productivas en aras de promover el crecimiento económico, pero garantizando los estándares ambientales y sociales. Asimismo, se debe de promover la adopción y uso de tecnologías digitales, pues estas constituyen un factor clave en el nuevo funcionamiento de las empresas, así como en el comercio, siendo indispensable una mayor incorporación de dispositivos de interconexión digital en los procesos productivos.

Por otro lado, Cepal sostiene que la crisis ha mostrado la fragilidad de las cadenas globales de valor, por lo cual los Estados deben de promover la producción local y establecer mecanismos de integración productiva regionales con el liderazgo de los países de la región con mayores capacidades industriales. Ello permitirá expandir los mecanismos de integración productiva regional. También resalta la urgencia de mitigar la destrucción de las capacidades como consecuencia de la paralización de actividades y las clases presenciales.

En línea con lo señalado por Cepal, el BID sostiene que para alcanzar mayores niveles de crecimiento es fundamental impulsar la productividad, con mayor inversión, tanto privada como pública, en innovación a través de I+D y de la generación y adopción de nuevas tecnologías, y en formación de habilidades y competencias. Asimismo, estas medidas deben de ser complementadas con políticas públicas que promuevan la competitividad y los mercados flexibles y abiertos, en un marco de respeto por los derechos de propiedad[3]. Además, de resaltar la necesidad de incorporar incentivos en el sector privado para acelerar el proceso de la digitalización.

Por otro lado, en lo que respecta a estrategias y acciones para compensar las pérdidas de capital humano, propone contrarrestar la deserción escolar por medio de programas de transferencias monetarias condicionadas, enfocándose en aquellos grupos más vulnerables (estudiantes de educación media o media superior), además, de establecer programas de créditos subvencionados, acompañado por medidas de monitoreo de calidad para los colegios.

Balance

La pandemia debe ser vista como la oportunidad de transitar hacia un nuevo modelo económico, más sostenible e inclusivo. Sin embargo, en el país se ha apostado por poner en marcha las políticas establecidas por el gobierno en el Plan Nacional de Competitividad y Productividad y el Plan Nacional de Infraestructura para la Competitividad; en donde se persiste en la profundización del modelo económico bajo la estrategia primario-exportadora, y se deja de lado la diversificación productiva tal como lo hemos señalado en análisis previos (http://alanfairliereinoso.pe/?p=4517;y, http://alanfairliereinoso.pe/?p=3789).

Por otro lado, el gobierno en su afán de implementar las políticas antes mencionadas, previo al brote del Covid -19 en el país , estableció una serie de Decretos de Urgencia , que promueven el “desarrollo económico”, pero que dejan de lado la sostenibilidad ambiental, y apoyan la consolidación del actual modelo económico, modelo que no contempla como un eje fundamental la inversión en ciencia y tecnología, ni la digitalización que en el actual contexto, se han convertido en factores esenciales. Este análisis fue señalado en nuestro documento “Decretos de Urgencia 2019-2020: Un balance” (ver: http://alanfairliereinoso.pe/?p=6005).

Más allá de las diferencias y pugnas entre el ejecutivo y legislativo; se deben de impulsar políticas industriales, como la creación de parques tecnológicos, y el fortalecimiento de la industria nacional, que permita generar puestos de trabajo para los miles de trabajadores que hoy se han visto en la obligación de salir a la calle en busca de ingresos para sus familias. Se requiere potenciar los diferentes sectores como la agricultura y en especial la agricultura familiar, y promover la diversificación productiva, la innovación, la ciencia y tecnología, tanto a corto como a largo plazo.

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[1] Cepal(2020) Sectores y empresas frente al COVID-19: emergencia y reactivación  

[2] Bid(2020) Salir del Túnel Pandémico con Crecimiento y Equidad: una Estrategia para un Nuevo Compacto Social en América

[3] BID (2020) Cómo acelerar el crecimiento económico y fortalecer la clase media: América Latina.


Escrito por

Alan Fairlie Reinoso

Economista y ex-Parlamentario Andino por Perú.


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