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PROGRAMA FAO DE RESPUESTA A PANDEMIA

Publicado: 2020-08-07

El 14 de julio, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) presentó un Programa de Respuesta y Recuperación de la COVID-19 que apunta a aumentar la resiliencia, sostenibilidad y equidad de los sistemas alimentarios mundiales. El programa contempla que una inversión inicial de 1 200 millones ayudará a poner en marcha siete áreas de acción prioritaria. 

Área de acción 1: Reforzar el Plan Mundial de Respuesta Humanitaria a la COVID-19

El Plan Mundial de Respuesta Humanitaria a la COVID-19 busca proteger la vida de las personas más vulnerables al shock por coronavirus, específicamente, busca asegurar su acceso a alimentos. Por ello, contempla como primera actividad “la recolección y el análisis de datos”. Se prevé que una mayor cantidad de datos permitirá tomar acciones anticipadas, y diseñar programas de respuesta y recuperación. Como segunda actividad, la FAO priorizará que los más vulnerables continúen realizando sus actividades esenciales con los insumos y recursos adecuados. Por ejemplo, en Sudan, la FAO logró que más de 4 millones de agricultores accedan a insumos esenciales para sus labores, cumpliendo con recomendaciones de la OMS. También se planea tomar acciones para mitigar disrupciones en cadenas de suministro de productos agrícolas. Para lograr ese objetivo, se apoyará a pequeños agricultores, trabajadores de tierras, así como otros actores claves del sistema alimentario. Por último, se tomarán medidas preventivas para disminuir riesgo de contagio entre trabajadores del sector alimentario.

Área de acción 2: Mejorar los datos destinados a la toma de decisiones

Para lograr la recolección de datos de calidad en tiempos de pandemia, se planea tomar acciones en cuatro frentes. Primero, se continuará usando y perfeccionando el sistema Food Insecurity Experience Scale (FIES) para comparar seguridad alimentaria entre diferentes países. Adicionalmente, en base a la información recopilada, se dará asistencia técnica a partes interesadas y se generarán reportes para cada país.

En segundo lugar, la FAO planea aprovechar otras fuentes de información tales como las no oficiales, no estructuradas (big data, data geoespacial, de redes sociales) y usar otros métodos en data science (web-scraping, machine learning) para lograr cobertura de áreas geográficas para las que existe parcial o nula información de sus sistemas alimentarios.

En tercer lugar, se impulsará la adaptación de los sistemas de recolección de datos en la agricultura resguardando en todo momento la calidad y confiabilidad de los datos. La FAO planea utilizar métodos de recolección virtuales y añadir un nuevo módulo a su encuesta AGRISurvey.

Por último, pensando en el diseño de políticas, la FAO ambiciona que los datos e indicadores construidos permitirán realizar dos tipos de diagnóstico: (i) permitirá reconocer si una política es distorsionadora de precios (ii) permitirá comparar escenarios con diferentes niveles de inversión pública en sector agroalimentario.

Área de acción 3: Velar por la inclusión económica y la protección social para reducir la pobreza

La FAO prevé que, si se no se toman acciones inmediatas, “la COVID-19 tendrá efectos duraderos en la agricultura, seguridad alimentaria, sistemas alimentarios nacionales y regionales, y, mucho peores, en el desarrollo socioeconómico”. En vista de ello, el programa contempla apoyar a los países en desarrollo en el planeamiento de una recuperación inclusiva, que reconoce la relevancia económica de las áreas rurales.

En el corto plazo, el programa considera implementar medidas para la protección de empleos y la mejora del dinamismo del sistema alimentario y de la economía rural. En el mediano-largo plazo, ambiciona expandir la protección social, promover el empoderamiento económico de la mujer rural, lograr la transición a la formalidad, entre otras medidas.

Por último, la FAO destaca que es importante la cooperación sur-sur, la identificación de mecanismos de dialogo entre países y promover la participación de la sociedad civil, de manera que se pueda mejorar la gobernanza territorial.

Área de acción 4: Reforzar el comercio y las normas de inocuidad de los alimentos

En relación a comercio, el programa incluye una evaluación exhaustiva de políticas comerciales y del comercio agrícola por regiones. Con ello se busca identificar cuellos de botella, barreras comerciales, retos y oportunidades comerciales en etapa post-pandemia. Especialmente, se analizarán los avances regionales en materia de desarrollo de marcas, comercio electrónico, digitalización de comercio, financiación de comercio y los ajustes de la cadena de suministro causados por la crisis por COVID-19.

Asimismo, la estrategia de la FAO para lograr la coordinación regional de políticas y la disuasión de respuestas de política ad hoc consiste en fortalecer plataformas regionales tales como los Comités Coordinadores Regionales FAO-OMS, la Red Internacional de Autoridades de Seguridad Alimentaria, entre otras plataformas impulsadas por bloques regionales de comercio.

En materia de facilitación de comercio, la FAO tomará acciones en favor de la digitalización de documentación, certificados (e-certificates) y la armonización de los sistemas de certificación digital en seguridad alimentaria y salud animal. Al igual que la OMC, la FAO insistirá en que los países empleen estándares internacionales para lograr una mejor coherencia regulatoria.

De forma innovadora, la FAO planea establecer sistemas de inteligencia de mercados y sistemas de advertencia temprana sobre cuellos de botella y disrupciones logísticas en cadenas de suministro basándose en su experiencia con Agricultural Market Information System (AMIS) y Global Information and Early Warning System.

Finalmente, para la construcción de capacidades en instituciones nacionales y regionales, los recursos del programa permitirán producir manuales de capacitación, hojas de ruta personalizadas y talleres dirigidos a partes interesadas.    

Área de acción 5: Potenciar la resiliencia de los pequeños agricultores para la recuperación

La FAO impulsará un subprograma de resiliencia 2020-2024 enfocado en los pequeños agricultores. Las actividades que se realizarán incluyen programas de transferencia condicionada combinadas con asistencia técnica, programas de ayuda alimentaria a los más vulnerables, programas de alimentación escolar, intervenciones en mercado laboral con esquemas de trabajo público, entre otras medidas.

Para asegurar una recuperación económica transformadora, la FAO ayudará a construir resiliencia en el procesamiento y almacenamiento de alimentos, suministro y distribución de alimentos, y en la implementación de soluciones basadas en la naturaleza y la gestión de recursos naturales.

Por último, se planea mejorar las capacidades locales en materia de resiliencia con la promoción de un entorno propicio para la gestión de riesgos sistémicos de peligros múltiples, monitoreo ‘multiriesgos’ con sistemas de alerta temprana, promoción del acceso pacifico y equitativo y gobernanza de los recursos naturales. La FAO también resalta que es necesario un enfoque territorial del sistema alimentario a lo largo de zonas rurales y urbanas.

Área de acción 6: Prevenir la próxima pandemia de origen zoonótico aplicando un enfoque “Una salud” reforzado

Como primera medida de prevención, la FAO promoverá la preparación nacional e internacional ante emergencias. Basándoos en Good Emergency Management Procedures, la FAO planea desarrollar planes de preparación progresivos para cada país y luego realizar comparaciones entre países. Por otro lado, desde un enfoque prospectivo, se desarrollarán medidas de contención de ‘spillovers’. Ello quiere decir que, en adelante, se monitorearan áreas de alto riesgo para que puedan ser controlados a tiempo.

El enfoque “Una salud” planea reunir a todos los sectores relevantes de la salud, incluyendo organizaciones que gestionan recursos naturales y de desarrollo rural para que puedan ser parte del planeamiento de medidas de prevención y del monitoreo de riesgos potenciales. La organización y coordinación en todos los niveles será constantemente evaluada con el objetivo de que se identifiquen brechas en desarrollo de políticas nacionales, países de mayor riesgo, cuellos de botella en la implementación de políticas preventivas y se mejore la comunicación entre todas las partes que siguen el enfoque “Una salud”.

Área de acción 7: Poner en marcha la transformación de los sistemas alimentarios

Para lograr eficiencia, inclusividad, y resiliencia de cadenas de suministro de alimentos, la FAO se compromete a brindar apoyo técnico para el diseño de medidas que eviten disrupciones en transporte, almacenamiento, infraestructura y aquellas que aseguran el correcto funcionamiento de mercados retail. Asimismo, promoverá la adopción de herramientas digitales para acercar consumidores a productores a través de plataformas en línea o tecnología blockchain para los esquemas de certificación.

Para asegurar seguridad alimentaria y calidad de dietas nutricionales, se aplicarán medidas de gestión de inocuidad de los alimentos basándose en medidas de riesgo de sistemas de producción nacional y local (incluyendo instalaciones de sacrificio de animales) y en estándar Codex Alimentarius. La FAO reconoce que un área importante de acción es mejorar la educación nutricional a nivel de consumidor.

Para reducir pérdidas y desperdicio de alimentos, la FAO impulsará uso de nuevas tecnologías y de soluciones innovadoras de energía limpia que mejoren procesamiento y almacenamiento de alimentos.

Para apoyar empresas agroalimentarias, se promoverá las asociaciones privadas y las alianzas público-privadas para agregar valor a los productos alimenticios tradicionales. Particularmente, la FAO les ayudará a lograr desarrollo de capacidades de gestión de riesgo en base a datos.

Para fomentar una recuperación verde de toda la cadena alimentaria, la FAO promoverá el uso de herramientas financieras y mecanismos de mitigación de riesgo que promuevan prácticas e inversiones sostenibles tales como la adopción de tecnología eficiente y la capacitación en prácticas sostenibles.

Finalmente, para la mejora del entorno institucional y político, (i) se promoverá el dialogo entre la ciencia, la experiencia y la política; (ii) se analizarán trade-offs que enfrentan los actores del sector alimentario; y (iii) se fomentará la coordinación estratégica entre sectores y partes interesadas.

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Artículos revisados:

http://www.fao.org/partnerships/resource-partners/covid-19/en/


Escrito por

Alan Fairlie Reinoso

Economista y ex-Parlamentario Andino por Perú.


Publicado en